El nuevo vecino de Natalie Dorset era guapísimo pero hablaba y vestía de un modo muy peculiar. Se podía decir que Jack Miller no era el hombre que una deseaba presentarle a su madre, lo cual era razón más que suficiente para alejarse de él.
El problema era que la casera estaba haciendo de Celestina de una manera nada sutil. Antes de que se le escapase de las manos la ligera... bueno, más bien desenfrenada pasión que sentía por aquel tipo, Natalie iba a averiguarlo todo sobre el misterioso Jack.