Quienes visitaban el pueblo solían alabar su tranquilidad y su belleza, cosas que Grace Valley poseía en abundancia. Puertas abiertas, porches a la entrada de las casas y tartas enfriándose en las ventanas: vida campestre en estado puro. Pero quienes estaban de paso no siempre veían lo que se ocultaba en el corazón del pueblo. O más allá de él.
June Hudson se crió en Grace Valley: era la hija del médico del pueblo. Se marchó únicamente para estudiar medicina y regresó para seguir los pasos de su padre. Algunos dirían que eligió el camino más cómodo y fácil, pero June sabía que no era así.
Para ella, la sala de urgencias estaba allí donde se la necesitara, o allí donde la abordara un paciente. Siempre estaba de guardia, vivía volcada en su trabajo y el pueblo entero era su familia. Lo cual era una suerte, porque en Grace Valley lo normal era que una chica conociera a su futuro marido estando aún en el colegio. Grace Valley no era el mejor lugar para conocer a solteros apetecibles... hasta que un agente antidroga comenzó a aparecer en los momentos más insospechados.
En el valle todo el mundo tenía secretos. Ahora, June también tenía el suyo.
“Robyn Carr es una gran contadora de historias”
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