Cuando Lang Forsyth descubrió a su socio cenando con la que obviamente era su amante, supo que debía tener cuidado; sobre todo porque él también sentía algo por aquella bella mujer...
Ni siquiera cuando se enteró de la verdad pudo dejar a un lado toda su desconfianza. Estaba seguro de que Eden Sinclair no podía ser tan inocente como aparentaba. Lo único que podía hacer era acercarse más a ella y tratar de descubrir todos sus secretos...