Un rastro de sirena es la cuarta entrega de una serie protagonizada por el detective canario Ricardo Blanco. En esta ocasiÃŗn, el cadÃĄver de una muchacha aparece descuartizado en la playa de la Laja, en Las Palmas. Con un tatuaje y un collar como Ãēnicos elementos para desentraÃąar el crimen, Blanco debe adentrarse en el mundo de la prostituciÃŗn y el trÃĄfico de drogas vehiculado, principalmente, por la mafia rusa que en pocos aÃąos se ha asentado en la isla de Gran Canaria.
Una novela de suspense ây tambiÊn un hilarante cuadro de costumbres-, con un estilo directo y una ironÃa emparentada tanto con el Montalbano de Andrea Camilleri como con el Carvalho de Manuel VÃĄzquez MontalbÃĄn, rasgos con los que su autor ya se ha ganado un lugar en el panorama literario de nuestra lengua.
JosÊ Luis Correa (Las Palmas, 1962) es profesor de DidÃĄctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Tras una breve etapa como autor de relatos cortos, en la que obtiene algunos premios como el Julio CortÃĄzar (La Laguna, 1998) o el Campus (Las Palmas de Gran Canaria, 1999), se instala definitivamente en la novela con tÃtulos como Me mataron tan mal (Premio Benito PÊrez Armas, 2000) y Ãchale un ojo a Carla (Premio Vargas Llosa, 2002). Con la novela Quince dÃas de noviembre (2003) irrumpe en el gÊnero negro e inicia la serie que tiene como protagonista a Ricardo Blanco, que continuarÃĄ con, entre otras, Muerte en abril (2004), Muerte de un violinista (2006), Un rastro de sirena (2009) y Nuestra SeÃąora de la Luna (2012), todas ellas publicadas en Alba. La obra de Correa ha traspasado nuestras fronteras y ha sido traducida al alemÃĄn, italiano y finlandÊs.