Eso era ideal porque a Robyn todavía la atormentaba el apasionado beso que habían compartido hacía muchos años... y después del cual Cay había dejado de hablarle. Ahora era obvio que estaba impresionado al ver a la sorprendente mujer en la que se había convertido... y empezaba a desear que fuera su socia, ¡y no solo en el terreno profesional!