Tan salvaje como siempre, Sharpe utiliza su humor negro para hacer una ejemplar sátira de la irracionalidad, en la que quizá solo se salvan ese par de maravillosos chiflados que protagonizan esta historia: Glodstone, prototipo de maduro romántico enamorado de una civilización desaparecida que simboliza su adorado Bentley del año 27; y Peregrine, el alumno difícil que entiende peligrosamente al pie de la letra todo lo que oye y que tiene no menos peligrosas tendencias asesinas.
Fiel al estilo que lo convirtió en uno de los humoristas más famosos y leídos, Tom Sharpe arremete furiosamente contra la locura general del mundo; la gran virtud de sus disparatadas caricaturas consiste en que sabe acompañar su mordacidad de una inigualable capacidad para divertir a sus lectores.
Tom Sharpe (1928-2013) nació en Londres y se educó en Cambridge. En 1951 se trasladó a Sudáfrica: allí vivió hasta 1961, fecha en que fue deportado y regresó a su país, donde se dedicó únicamente a escribir. Falleció en Llafranc, un pueblecito de l’Empordà donde residió durante mucho tiempo. Es considerado uno de los novelistas más divertidos de todos los tiempos. En Anagrama se han publicado todas sus novelas: Reunión tumultuosa, Exhibición impúdica, Zafarrancho en Cambridge, El temible Blott, Wilt, La gran pesquisa, El bastardo recalcitrante, Las tribulaciones de Wilt, Vicios ancestrales, Una dama en apuros, ¡Ánimo, Wilt!, Becas flacas, Lo peor de cada casa, Wilt no se aclara, La herencia de Wilt y Los Grope, así como su biografía Fragmentos de inexistencia, de Miquel Martín i Serra.