Este libro se pregunta por la función que las representaciones culturales juegan en el contexto posterior a la violencia política en el Perú. ¿Cómo la sociedad peruana interpreta ahora dicha historia a través de las imágenes que produce? ¿Cómo se piensa el pasado desde los símbolos culturales? ¿Cuáles son las representaciones que un conjunto de artistas está introduciendo en la sociedad actual para darle mayor inteligibilidad al pasado y, sobre todo, para transformar los imaginarios sobre la nación en general? Los ensayos aquí reunidos sostienen que el Informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación ha tenido una repercusión muy importante en el campo de la cultura y que muchas de sus principales conclusiones han ingresado al imaginario nacional a partir del trabajo que un conjunto de artistas realiza en el país. El libro propone que los objetos artísticos generan significativas preguntas de conciencia ciudadana y de memoria política. Se trata de imágenes que asumen el horror de lo vivido y que, gracias a la densidad de sus símbolos, abren diversos espacios de interpelación política en la sociedad.