La televisión no es una maquinaria infernal que pervierta la vida ciudadana por su sola presencia masiva, sino el fruto de unas políticas públicas determinadas, de opciones sociales previsibles y estudiadas en sus resultados y consecuencias. La falta ostensible de una televisión educativa y cultural, los abusos programáticos y publicitarios contra los consumidores más inermes: los niños y adolescentes, el abandono y penalización de una televisión local que sea auténtico espejo de su comunidad son otras tantas muestras de esas actuaciones políticas que, por acción u omisión, influyen sobre los valores y la vida social de millones de espectadores-ciudadanos. Pero la simple creación de una auténtica autoridad independiente del audiovisual, tan olvidada y postergada en España y muchos países latinoamericanos, sería una pieza maestra en la reversión de esas tendencias nefastas. Un equipo de autores, de larga experiencia investigadora y práctica en este campo, plantea un diagnóstico de tales problemáticas, pero también las vías para su solución en un contexto internacional que ha testado ampliamente las acciones públicas necesarias y marca en consecuencia las vías para una auténtica regeneración democrática de la televisión actual.