Northbridge... donde el altar nunca está demasiado lejos El policía Luke Walker intuyó que tendría problemas en el mismo instante en que Karis Pratt apareció en su puerta afirmando que la niña que llevaba en brazos era suya. Luke se había quedado destrozado cuando la hermana de Karis se había marchado del pueblo con una niña que entonces le había asegurado no era suya. Y aunque tenía motivos más que suficientes para mostrarse escéptico, Luke no tardó en darse cuenta de que Karis no se parecía en nada a su impetuosa hermana. Desde su nacimiento, la pequeña había conquistado el corazón de Luke sin que él pudiera hacer nada para impedirlo.