El libro contiene unas buenas pistas para comunicar el mensaje con una nueva sensibilidad muy atenta al contexto: el misionero tiene que ser portador de Cristo, pero no debe enarbolarlo como un estandarte; debe vivir de Cristo, pero sin pavonearse de ello; debe dar testimonio del amor sin darse importancia; hablar de Dios sin ensordecer al otro; amar a los que están lejos pidiendo discretamente su amor.
Este libro es un regalo que acompaña la renovación de nuestras respuestas a la vocación misionera del Señor. Son unas páginas útiles para la formación espiritual de los trabajadores del Evangelio enviados en misión-diálogo: jóvenes católicos, ministros laicos, seminaristas, sacerdotes y para todos los que se consagran a la vida apostólica.
Jacques Leclerc du Sablon es agrónomo y sacerdote. Desde su ordenación en 1977, el obispo de la Misión de Francia lo envió a Tanzania donde trabajó diez años en el ámbito del desarrollo rural.
Ha vivido los años más importantes de su ministerio en China, donde fue docente en la Universidad Agrícola, ingeniero en Agroindustria y en la Cámara de Comercio e Industria francesa.
Desde el año 2013 está en Manila donde se encarga del acompañamiento espiritual de los jóvenes sacerdotes, religiosas y seminaristas de China Popular que estudian allí ciencias religiosas.