De niños ignoraron la maldición que pendía sobre ellos, pero ahora en su juventud es primero Salvador, el príncipe de los Infiernos, quien descubre la fatídica profecía que los condena: ángel y demonio no pueden vivir juntos en las Tierras por más de dieciocho años.
Entonces, será el hijo del demonio o la hija del ángel quien mate al otro para sobrevivir.
Pero Salvador ama a Aurora desde siempre. Así que el noble príncipe tiene un plan para evitar la muerte de la muchachita alada, condenándose a sí mismo. Por supuesto que planificar no es lo suyo y su camino estará minado por las burlas del destino.
Mientras tanto, Lina y Máximus continúan luchando desde los Infiernos por un mundo más justo, para ellos y para las nuevas generaciones.
Y el ángel superior, Samuel, resurgirá de entre las sombras para complicarlo todo.
En esta historia de odios y amores heredados, ¿qué hará esta segunda generación? ¿Acaso el cariño y la infancia compartida serán escudos que los protegerán de sus naturalezas dispares? ¿Podrán encontrar la salvación que les fue negada a los ahora malditos Samuel, William y Lina? Y así, quizás demostrar de una vez por todas que son las decisiones de cada criatura lo que las definen, no su origen.