¿Jugáis en vuestro día a día? ¿Dedicáis tiempo de calidad en familia? ¿Sabéis disfrutar de la rutina?
Jugar es divertirse, explorar y emocionarse. Jugar es ser feliz, es conectar con el aquí y el ahora. Sin embargo, no siempre nos acordamos de hacerlo: las prisas, las responsabilidades y el no parar de pensar en el futuro hacen que nos olvidemos de vivir el presente.
En Jugar para ser feliz descubriréis la magia del juego en familia. Con ideas y actividades para explorar las emociones y entender el mundo que nos rodea, este libro nos invita a vivir en positivo para conectar con nuestros seres queridos. Porque cada juego es una oportunidad para estar presentes y crecer felices.
Un libro para jugar con empatía, compartir con respeto y crecer con amor.
Desde bien pequeña Zazu Navarro ha sentido interés por aspectos sociales que le llevaron a estudiar Educación Social. Comprometida con la sociedad y dispuesta a cambiar las cosas, comenzó su andadura como educadora de personas con diversidad funcional. Después de formar una hermosa familia con Sergi, nació su pequeño Mafaldo y las cosas empezaron a cobrar sentido.
¡Todo comienza en la infancia! Embelesada por la naturalidad de la niñez, se embarcó en nuevos aprendizajes que le han dado la oportunidad de formarse como guía Montessori y certificarse como educadora de familias de Disciplina Positiva. Desde entonces no ha parado de aprender sintiendo la necesidad de compartir con más personas la importancia de una educación respetuosa a través de su blog aprendiendoconmontessori.com. Cree que la familia es la mejor escuela de vida. Dedica sus energías a aprender, respetar y acompañar a su propia familia. Zazu está convencida de que la educación para la paz solo será posible si cada persona la empieza en su propio hogar.
La ilusión de Teresa Cebrián es iluminar las sonrisas de la gente que ve sus ilustraciones y lanzar a volar su imaginación partiendo desde la alegría de la niñez. En su otra profesión es diseñadora de experiencia de usuario, donde intenta que la gente que usa las aplicaciones que ella diseña quieran volver a usarlas. Gracias al duende de otoño y a Pepe, su bonita familia, puede compaginar estas dos profesiones que tienen algo en común: buscan hacer la vida de la gente más sencilla y alegre. Ése es, probablemente, el motor de su vida: poner cariño en las cosas que hace para que, mañana, todo sea un poquito mejor.