En la búsqueda constante de optimizar la función cerebral y promover la salud cognitiva, se han explorado diversas estrategias que abarcan desde el ejercicio físico hasta la participación activa en experiencias intelectuales y artísticas. En este contexto, la comprensión de cómo nuestro cerebro procesa, retiene y recupera información ha llevado al desarrollo de prácticas que buscan fortalecer la memoria y la agilidad mental. Una de las estrategias clave es la participación en ejercicios físicos regulares, que no solo benefician el cuerpo sino que también incrementan el flujo sanguíneo al cerebro, estimulando así la función cognitiva.