El liberalismo, sostienen los autores de este libro, encarna el carácter revolucionario del sentido común, defiende que los derechos y las libertades sólo están a salvo si el poder tiene límites y si logramos dejar a un lado los colectivismos tanto de izquierdas como de derechas.
Si es así, a pesar de que las amenazas a la sociedad libre y abierta siempre existirán, entonces los individuos serán libres, florecerán, confiarán unos en otros, cooperarán y prosperarán.
El liberalismo, a fin de cuentas, es mucho más que mercados libres, seguridad jurídica y propiedad privada. El liberalismo es una larga lucha contra la desigualdad ante la ley.