Si sacáramos una moraleja de todas estas historias, probablemente sería que, más allá de las grandes ideas religiosas, políticas, nacionales, muchas veces es el pragmatismo y la conveniencia lo que determina el modo como los hombres se reparten el mundo. En este sentido, es ejemplar el caso de la suite 212 del hotel Claridge’s de Londres, declarada territorio yugoslavo durante un día por el gobierno británico. Pura acrobacia jurídica que puede llevar a pensar que todo reparto del mundo no es sino ilusión y artificio —en todos los casos algo muy provisional— y, desde luego, totalmente discutible.
Olivier Marchon nació en 1975 en París. Físico de formación, trabajó como gerente de locaciones en cine, para dedicarse más adelante a la dirección cinematográfica y televisiva. En 2003 filmó su primer documental, sobre una travesía en bote que fue Tahití hasta Ushuaia, pasando por Cape-Horn. Actualmente, trabaja como realizador independiente. En Ediciones Godot, publicó 30 de febrero y otras curiosidades sobre la medición del tiempo en 2018.