A pesar de su amplia cultura, Rory Monahan no encontraba la manera de explicar sus reacciones ante Miriam Thornbury, la encantadora bibliotecaria. Algo había cambiado: nunca hasta entonces había reparado en que sus piernas fueran tan estilizadas, o sus labios tan carnosos. ¡De pronto tenía la sensación de que la sensual y a la vez sensible señorita Thornbury estaba intentando seducirlo! Bueno, él también podía jugar... al fin y al cabo era un estudioso, debía averiguar qué estaba ocurriendo, no importaba si tardaba todo el día... y toda la noche.