Jugador de polo, aristócrata y propietario de una empresa de fama mundial, Pascual Domínguez era una leyenda en su país.Briana Douglas no era más que una niñera cuando conoció a Pascual, y no pudo creer en su buena fortuna cuando se interesó por ella. Pero no duró mucho tiempo...De regreso en Inglaterra, tuvo que hacer malabares para ocuparse de su exigente trabajo y de un hijo pequeño. Había creído que nunca volvería a ver a Pascual. Pero él reapareció de repente, exigiéndole que regresara a Buenos Aires, ¡donde la esperaba una alianza de oro de dieciocho quilates!