El territorio del libro está formado, en consecuencia, por los relatos y las valoraciones de los alumnos que han pasado por las clases de educación afectiva y sexual de Rosa Sanchis, por sus discusiones y por un saber teórico, fruto de quince años de estudio y trabajo a pie de clase. La aparente sencillez de la obra es una virtud que no esconde la exacta radiografía de la manipulación moral que el patriarcado ha cometido con las personas, en especial con las mujeres, personajes secundarios en la película de la vida. Pero la cámara que la profesora ha instalado en el aula se gira aquí hacia la violencia ejercida contra ellas y muestra claramente cómo la semilla de los principios patriarcales se enraíza en las creencias y sentimientos de los jóvenes.