El Mito del Big Bang es la absurda creencia de que el pavoroso horizonte físico que se manifiesta en derredor, con carácter absolutamente impremeditado, procede de la ensoñación pensante que obra en nuestro interior. Pero en realidad es lo contrario. El universo es siempre y solo el abrumador sistema de realidades en que usted, potencial lector, figura instaurado como realidad personal; realidades que están afirmando su presencia entre sí según aquello que les está pasando. No hay otro universo que éste. El pretendido y pretencioso Big Bang, de que todo procede, es en realidad el propio universo físico, el inabarcable sistema de realidades actuales, él en su nuda realidad actual, pero dando paso, por conducto de “su” criatura personal, a la idea, sólo a la idea, de que por su carácter variable o evolvente se estructuró de otro modo, ya pasado, ya inexistente. Y el modo pasado más remoto que la mente alcanza a rescatar es el Big Bang. Que una perfecta nada física se haya convertido nada menos que en causa productora del universo, es un magnífico delirio de la Ciencia: el mito del big bang