«un ensayo para dirigir las facultades del espíritu humano por un sistema diferente de los seguidos hasta ahora».
Se trata, pues, de un método original y, en sus líneas esenciales, indispensable para aprender a pensar bien. Se trata de ejercitar la actividad intelectual, para conocer la verdad y dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. Balmes muestra en este libro una fe infinita en los métodos de pensamiento y en la capacidad de dotarlos de verdades éticas y humanas.
En los capítulos introductorios (I al III), Balmes define qué es el arte de pensar bien, ensalza su trascendencia y fija dos condiciones del mismo:
El cuerpo de la obra (capítulos IV al XXI) contiene un minucioso estudio del entendimiento especulativo. En orden a sus objetos —posibilidad, existencia y naturaleza de las cosas— y en orden a las formas de su actividad, a sus métodos y a sus facultades auxiliares —corazón e imaginación.
En el capítulo XXII y último, que ocupa casi una tercera parte de la obra, Balmes examina el entendimiento práctico. Muestra la manera de elegir correctamente los objetivos de nuestras acciones y los medios más aptos para alcanzarlos, sin dejarse llevar por las pasiones.