Durante toda su vida, Brenna O'Shay había soñado con ser policía. Estaba decida a demostrar que podía hacer muy bien ese trabajo, y Nathan Fox le brindó la oportunidad perfecta. Lo que menos le apetecía a Nathan era tener guardaespaldas, así que contrató a la pequeña, curvilínea y preciosa Brenna. Le encantaba la idea de que ese bombón protegiera su cuerpo día y noche. Pero ella iba a demostrarle que no sólo era capaz de salvarle la vida, también podía robarle el corazón...