Después de Obra abierta, en la que estudiaba los lenguajes experimentales del arte contemporáneo, y de Apocalípticos e integrados, donde abordaba las técnicas y los temas de la comunicación de masas, Umberto Eco analiza aquí las fronteras de la semiótica. Comprender los sistemas de signos obliga a ver los códigos como estructuras y explicarlas a través de otras estructuras más vastas, en un movimiento regresivo hacia la matriz originaria de toda comunicación, hasta llegar a una estructura no estructurada. La conclusión metafísica de esta búsqueda no puede ser más que el rechazo del código de códigos: la negación de la estructura ausente.
Coordinando todas sus investigaciones precedentes, Umberto Eco vuelve a asentar las bases de la semiótica y propone un verdadero sistema de la cultura como comunicación.
La crítica ha dicho...
«La figura de Umberto Eco es tanto mayor cuanto más tiempo pasa».
Vicente Verdú, El País
La obra de Umberto Eco (1932-2016) ha sido fundamental para entender la historia del siglo XX y de nuestros días. Durante mucho tiempo se dedicó a la enseñanza en la universidad, y sus ensayos son textos de consulta obligada en las universidades de todo el mundo. Hace más de treinta años hizo su entrada triunfal en el mundo de la ficción con El nombre de la rosa, una novela que lo convirtió en un autor apreciado no solo por la crítica, sino también por el gran público. A este primer éxito siguieron El péndulo de Foucault, La isla del día de antes, Baudolino, La misteriosa llama de la reina Loana, El cementerio de Praga, Número Cero. Tras su muerte, el 19 de febrero de 2016, Lumen ha publicado sus libros inéditos De la estupidez a la locura -la obra póstuma que el autor había entregado a imprenta pocos días antes-, A hombros de gigantes y La memoria vegetal, y los ensayos contenidos en Contra el fascismo, Migración e intolerancia y Cómo viajar con un salmónn, y una adaptación gráfica de El nombre de la rosa realizada por Milo Manara.