El tratamiento de lo general, la exploración, formulación y validación de conjeturas sobre propiedades aritméticas, la posibilidad de resolver problemas geométricos via un tratamiento algebraico, la puesta en juego de una coordinación entre diferentes registros de representación semiótica, son rasgos esenciales de la práctica algebraica que la colocan en el corazón de la actividad matemática. En este libro mostramos cómo a través de estas prácticas se puede ir construyendo el sentido de la operatoria algebraica, punto de apoyo para adquirir herramientas de control que son imprescindibles para lograr autonomía en el desempeño de los estudiantes.
¿Es posible entusiasmar a los alumnos e incorporarlos activamente desde una posición de interés intelectual en el trabajo? Los problemas que presentamos aquí se ubican en la perspectiva optimista acerca de esa posibilidad, alentadora para el docente que enseña Álgebra a nuestros adolescentes hoy. Esperamos entonces que resulte un aporte al fortalecimiento de esa gratificación que todo docente siente cuando logra involucrar a sus alumnos en los desafíos del aprendizaje.
Carmen Sessa nació en Buenos Aires en 1953. Su vida profesional se desarrolló en el campo de la matemática. Obtuvo su doctorado en esa disciplina en 1982, en la Universidad de Buenos Aires, y trabajó los años siguientes en docencia universitaria e investigación en Matemática Pura. En 1991, en conjunto con Mabel Panizza y Patricia Sadovsky, conformó un grupo de investigación en Didáctica del Álgebra Elemental. Desde entonces su formación y actuación se concentró en el campo de la Didáctica de la Matemática.