Este libro, foco de gran interés por el retrato contradictorio que la autora hace de su relación profesional y sentimental con el autor de La broma infinita, se adentra en los prestigiosos círculos editoriales de Nueva York dominados por hombres narcisistas, y ahonda en las complejidades de una relación personal con Foster Wallace que navega siempre entre la admiración intelectual y el abuso psicológico. Una historia clásica de supervivencia en un mundo adverso que pone luz a una época y a unos personajes devorados por su propio ego.