¿Ovnis? Sí, hay ovnis. ¿Chamanes y ayahuasca? Sí, también hay. ¿Esturiones, boy scouts, mesas de ping-pong en muebles victorianos? ¡Claro que sí! ¿Adicciones, bodegas, termas y burbujas? Por supuesto. Y también carnavales, costa atlántica y montañas, estrellas y asteroides, baqueanos, recepcionistas, dulzura y cinismo, tristeza sin fin, fogonazos de alegría, desesperación, verano en su esplendor.
El rally lleva a veces la velocidad de un rayo y otras, la del trote de un caballo pasado el mediodía. La aventura manda. Atrapa. Elige su cadencia. A lo largo de todo el camino, el autor no puede dejar de observar el penoso papel que la iglesia, la policía, la contaminación, los próceres, los políticos, la telefonía móvil, el fútbol y el amor ocupan en nuestras vidas.