Estos textos surgen de la experiencia personal con aciertos y errores, de conversaciones con centenares de acompañantes de diversos países, edades y formaciones, y de preguntas elaboradas en encuentros formativos que ayudaron a cuestionarse cómo mejorar en el arte del acompañamiento.
Quien acude para ser acompañado en su camino de búsqueda, encuentro, trato y amor a Dios, requiere toda nuestra atención; que entremos en su alma de puntillas y descalzos, como en tierra sagrada, y que conozcamos aspectos básicos de la psicología humana que favorezcan esta relación.
Además de vida sobrenatural y confianza en la gracia, también exige de nosotros formación continua y una preparación de calidad para establecer esa relación con el marco y las herramientas psicológicas que faciliten la acción de Dios y potencien la libertad de la persona.