La mente flexible fortalece el "yo", actúa como un factor de protección contra las enfermedades psicológicas, genera bienestar y mejores relaciones interpersonales, y nos acerca a una vida más tranquila y feliz. Si decides ser flexible, te quitarás un enorme peso de encima al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el último juez de tu propia conducta.