• Explorar Mòhé, el pueblo más septentrional de China, donde cada día parece Navidad, y quizá se pueda ver la escurridiza aurora boreal.
• Enfrentarse al frío para unirse a las multitudes que visitan el famoso Festival de Hielo y Nieve de Harbin, y pasear por las calles bordeadas de ladrillo del distrito de Dàolǐqū para explorar el pasado ruso y judío.
• Subir al cráter de Wǔdàlián Chí, un volcán inactivo y atravesar campos de lava petrificada que rodean cinco lagos.
Incluye: Harbin, Mǔdānjiāng, Lago Jìngpò, Wǔdàlián Chí y Mòhé.