“Si este libro hubiera visto la luz inmediatamente después de ser escrito, muchas de sus conclusiones hubieran parecido paradójicas o, lo que es peor, dictadas por una pasión personal. Pero algunos ‘azares’ de la suerte del autor hicieron que apareciera en diversos países con un retraso considerable. Mientras tanto se desarrolló la serie de procesos de Moscú que sacudieron al mundo entero. Toda la vieja guardia bolchevique fue sometida al exterminio físico, fusilados los organizadores del partido, los participantes en la Revolución de Octubre, los edificadores del Estado soviético, los dirigentes de la industria, los héroes de la guerra civil, los mejores generales del Ejército Rojo, entre ellos Tujachevski, Lakir y Uborevich, de los que hablamos antes. […]. La preparación de las elecciones ‘más democráticas del mundo’ va acompañada de fusilamientos en masa que barren de la tierra a la generación de la revolución. En realidad nos encontramos en vísperas de uno de esos plebiscitos cuyo secreto conocen tan bien Hitler y Goebbels.”