Abundaban las personas de talento, como poetas y músicos, pero se esperaba que yo hiciera también alguna aportación, y se me ocurrió que podía ser un relato de fantasmas, el primero del presente libro. Durante los dieciocho años que estuve en la residencia, todas las Navidades me pedían que escribiera un cuento, y aquí están, reunidos en un libro, con la esperanza de que los disfruten otros entusiastas de esta clase de literatura.» Así explicaba Robertson Davies en el prólogo a la primera edición de este libro, de 1982, la razón de ser del mismo.
Los fantasmas de Dickens, la reina Victoria o Ibsen son algunos de los espíritus festivos que habitan un libro en el que la maestría de Davies se muestra en todo su esplendor. Unos fantasmas que el lector llegará a necesitar «como quien necesita un suplemento dietético, unas vitaminas para atajar una de las dolencias modernas más temibles: el raquitismo racional».
«Davies es uno de esos narradores —de ahí que lo suyo suene tan vital y despierto— que producen la sensación de estar a nuestro lado, yendo apenas dos o tres líneas por delante, soltando risitas de placer anticipando lo que nos espera.»Rodrigo Fresán (ABC)
«Davies es un mago cuya puesta en escena no tiene tramoya ni apela a la superstición; sus herramientas son la imaginación y la felicidad, ambas afinadas por lo que él mismo calificaba de “compromiso vitalicio con la compasión”.» Nadal Suau (El Cultural)Robertson Davies (1913-1995) murió siendo un escritor mundialmente famoso y uno de los autores canadienses más importantes. Nacido en la región de Ontario, se educó en distintas instituciones de su país y Europa. Tras licenciarse en Literatura en Oxford, trabajó como actor en la Old Vic Repertory Company, donde conoció a la que más tarde sería su esposa. En 1940 regresa a Canadá para dedicarse con éxito al periodismo y a escribir comedias; su columna humorística, firmada con el seudónimo de Samuel Marchbanks, tuvo un éxito inmediato y algunas de sus obras de teatro –que él mismo produjo– fueron muy aclamadas. A comienzos de los años cincuenta publica la primera de sus once novelas, organizadas en trilogías, que lo harían mundialmente famoso: la Trilogía Salterton: A merced de la tempestad (1951),Levadura de malicia (1954) y Una mezcla de flaquezas (1958); laTrilogía Deptford: El quinto en discordia (1970), Mantícora (1972) y El mundo de los prodigios (1975); la Trilogía de Cornish: Ángeles rebeldes (1981), Lo que arraiga en el hueso (1985) y La lira de Orfeo(1988); y la inacabada Trilogía de Toronto, a la que perteneceAsesinato y ánimas en pena (1991). En los años sesenta abandonará progresivamente el periodismo y comenzará a enseñar Literatura en la Universidad de Toronto, actividad que compaginará con la escritura hasta su jubilación. Además de novelas, Davies publicó una treintena de libros de distintos géneros –cuentos, obras de teatro, crítica literaria y recopilaciones de artículos–, entre los que destaca el volumen de relatos Espíritu festivo. Cuentos de fantasmas (1982), publicado, como todos los anteriores, por Libros del Asteroide.