Max y Marcela llevan cortejando cinco años. Él viaja mucho por trabajo y, aunque no están casados, cuando Max no está en la ciudad, Marcela no sale de casa, actuando como si fuera su esposa. A pesar de su carácter y sus incesantes intentos por aliviar su fogosidad masculina, cosa que Marcela no aguanta, ella está enamoradísima de él. Sus faltas, los rumores y los celos de una muchacha enamorada, no sin razón, complicarán el camino a un matrimonio lleno de amor y pasión. Esta vez no era un rumor, esta vez lo había visto con sus propios ojos...