Paso los días refugiado en La Mansión, lo único que quiero es beber y olvidar, estoy roto por dentro y sé que no hay redención para mí. El placer y el alcohol son mi única medicina... Todo parecía oscuro hasta que llegó ella, Ava, ofreciéndome algo que nunca creí posible: una distracción a mi tormento diario, una especie de paz. Me ha hechizado, y por primera vez en muchos años, siento como retumba mi corazón.
Las mujeres nunca me han rechazado, caen a mis pies, pero ella es distinta. Ella. Sin darse cuenta se ha convertido en mi obsesión y en la única persona que puede evitar que caiga por el precipicio. Necesito a Ava y haré cualquier cosa por tenerla, ocultándole mi gran secreto, porque la verdad podría destruirnos a los dos.