Fruto de una estrecha colaboración entre redactores e ilustradores, esta obra, gracias a la sensibilidad que se desprende al descubrirla, nos recuerda que sin literatura no hay pensamiento y sin pensamiento no hay vida, sólo máquinas que repiten las mismas frases y escuchan la misma música una y otra vez.
Por la literatura y sus personajes, por la poesía y sus metáforas, llega el ser humano -ese hombre frágil- al conocimiento hondo. Al conocimiento jondo. Lorquiano. A penetrar finalmente la realidad. La ciencia lo intenta. La filosofía casi triunfa. Sólo la literatura lo logra.