Asumir algo que la hace diferente a Ma Candelaria, un don que no eligió pero que descubrió poseer, no le resultó tarea fácil. Ella narra, a través del hilo conductor de una historia basada en “una promesa por cumplir”, cómo desde niña empezó a percibir que había alguien más a su alrededor que otras personas no lograban ver, que escuchaba sus mensajes, sus preocupaciones y necesidades. Así, a lo largo del libro se ve inmersa en dar respuesta a las personas que acuden durante ese periodo en su búsqueda, vivenciando otras muchas experiencias que se entrecruzan a lo largo de ese eje vertebrador. Saber cómo lo vivió su familia, qué es lo que ven esas personas, o por qué vienen en su búsqueda, nos ayudará a entender mejor lo difícil que ha sido para ella hacer público su especial sensibilidad en su pequeño pueblo del norte de Tenerife. Ahora, por fin, puede argumentarlo con hechos.