Lothar Schramm es un taxista berlinés que está enamorado de su vecina, una prostituta sadomasoquista. El hombre vive atormentado contemplando la llegada de clientes al domicilio y sueña con hacer que la chica sea suya para siempre. Él es un vecino ejemplar que hasta le prepara el café y le sirve de chofer. Sin embargo, cuando está solo da rienda suelta a sus perversiones esquizofrénicas y paranoicas.