El devorador del océano es una de las últimas producciones italo-francés surgidas del éxito de Tiburón y otras películas de terror submarino. En esta ocasión se incorporaron elementos de cine fantástico, pues los protagonistas no deben enfrentarse a una bestia marina existente, sino al producto de un cruce de material genético de un pez prehistórico y un pulpo común.