Hay algo muy curioso en estos dos nuevos sacerdotes. En efecto, hay algo descaradamente divertido, porque, después de todo, Robert De Niro y Sean Pean no tienen nada que ver con el clero. Son convictos prófugos cuya única plegaria es poder pasar como religiosos, y burlar un retén policíaco en la frontera hacia la seguridad que ofrece Canadá. Demi Moore se une con De Niro y Penn en este brillante y juguetón guión de David Mamet. Los bribones andan sueltos y la comedia está puesta. ¡Sería un pecado perdérsela!