Los mellizos Brady y Boomer son adolescentes promedio, hasta que un día un representante del país de Kinkow llega a su escuela secundaria en Chicago para informarles de que son los herederos al trono de la isla. Los chicos se trasladan a reclamar su herencia, pero no es tan fácil como parece. La isla es el hogar de una serie de supersticiones y costumbres extrañas, que chocan con su educación americana, además de tener un primo que les hará pasar malos ratos, ya que quiere el trono para él.