Un tablero de ajedrez al aire libre de 25 bloques en el que los estudiantes se moverán como robots guiados por las instrucciones que aparecerán gradualmente en el teléfono inteligente. Un laberinto nunca es el mismo, que parece diferente para cada jugador y que se renueva en cada entrada.
¿Cómo salir de eso? ¡Al poner en práctica los principios básicos de codificación que se asimilan incluso cuando se juega!