El problema de España se revela para Ganivet como un problema psicológico y filosófico, pero sus reflexiones se tiñen de lírica y mezcla argumentos lógicos con imágenes poéticas y pasiones personales. En momentos históricos difíciles para España, Ganivet vino a insistir en que la grandeza del país había sido mal entendida y subvalorada porque la verdadera importancia de los españoles se encontraba en su ética estoica con independencia de su riqueza y poderío territorial.