Emprender la búsqueda del amor es una empresa muy significativa. Lamentablemente, también puede ser extremadamente desafiante, debido a la forma en que te han indicado que lo navegues.
¿Con qué frecuencia recibes consejos o sugerencias para cambiar tu apariencia, participar en actividades recreativas o tener muchas relaciones románticas al mismo tiempo?
Si bien esta guía puede ayudarle a establecer conexiones temporales o superficiales, es poco probable que dé como resultado los tipos de relaciones que realmente le brindan satisfacción.
Recorrer un laberinto puede ser una tarea formidable, como quizás ya lo hayas experimentado. Ciertos caminos culminan en callejones sin salida, mientras que otros generan una sensación de perpetua circularidad.
Si lo reflexionamos, el acto de atravesar un laberinto tiene una sorprendente similitud con la búsqueda del amor.
Con excepción de la búsqueda del amor, los obstáculos encontrados no son pruebas agradables, sino fuentes de molestias.
Sin embargo, hay un aspecto intrigante: existe una estrategia para maniobrar con éxito en laberintos, que también puede usarse en la búsqueda del amor.
Comenzando en el punto central de un laberinto y avanzando hacia la salida, la elección precisa del camino a seguir resulta clara y sencilla. El amor se puede descubrir de manera similar: a partir de su punto más íntimo o, para ser más precisos, de su núcleo.
El punto principal que se transmite es que al descubrir sus principios fundamentales, eventualmente encontrará el amor.