En estas obras, Marx analiza los problemas de clase y las relaciones económicas que impulsaron los trastornos sociales y políticos que tuvieron lugar en Francia en 1848. Se enfoca ampliamente en el argumento de que el conflicto no fue entre el proletariado y la burguesía, sino entre diferentes facciones dentro de la burguesía. Específicamente, identifica los conflictos entre la burguesía industrial, cuya riqueza e ingreso dependen de la producción y venta de bienes; y la burguesía financiera, a quien identifica como banqueros y especuladores del mercado de valores.