Fámulas es uno de los sinónimos de criada. La autora descubre Las criadas de Jean Genet en un teatro de Madrid y queda fascinada por esta pieza sobre el crimen de las hermanas Papin, que asesinaron a sus patronas. La obra le lleva a evocar a la criada de su abuela, fuente de inspiración para el personaje de una de sus novelas, y a reflexionar sobre los abusos que todavía hoy sufren muchas empleadas del hogar. Decide recoger los testimonios –directos, sinceros, desgarradores– de cuatro mujeres procedentes de Honduras, Portugal y Cabo Verde que, arrastradas por las necesidades económicas, vinieron a España a trabajar. Da voz a quien no la tiene.
Cristina Sánchez-Andrade es escritora, crítica literaria y traductora. Licenciada en Ciencias de la Información y en Derecho, es natural de Santiago de Compostela. Actualmente vive en Madrid, en donde compagina su labor como novelista con la docencia universitaria y con colaboraciones en distintos medios, entre ellos La Voz de Galicia y El País. En Anagrama ha publicado Ya no pisa la tierra tu rey (Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2004); Las Inviernas: «El libro más bonito que he leído jamás» (Javier Puebla, Cambio 16); «Bajo la espléndida ascendencia de Valle-Inclán, Cunqueiro o el primer Luis Mateo Díez... Inquietante amenidad, rigurosa escritura y legítima, lograda ambición» (Jesús Ferrer, La Razón); Alguien bajo los párpados: «Fascinante... Las magníficas dotes inventivas de Sánchez-Andrade deparan una fábula carnavalesca tan loca y divertida como engañosa, porque cuenta una tragedia» (Santos Sanz Villanueva, El Mundo); «La sensación es la de alguien que ha encontrado la estructura exacta para lo que deseaba narrar... De un lirismo áspero y conmovedor» (J. Ernesto Ayala-Dip, El País); «Una novela espléndida, con ritmo, subtramas, enigmas y unos personajes estrambóticos impagables» (Íñigo Urrutia, El Diario Vasco), y el libro de cuentos El niño que comía lana, galardonado con el XVII Premio Setenil al mejor libro de relatos: «En el libro, magnífico en su conjunto, hay cuentos excelentes (Manuel Hidalgo, El Mundo); «Despliega originalidad, mala leche, destilados surrealistas y una mirada cáustica sobre la familia, las relaciones de pareja y la memoria de nuestros mayores» (Íñigo Urrutia, El Diario Vasco); «Una joya, con poesía y humor negro» (Ana Abelenda, La Voz de Galicia). Su obra ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, polaco y ruso.