«Mi mejor libro.»
Raymond Chandler
El veterano de guerra Terry Lennox tiene un problema: su esposa multimillonaria ha sido asesinada -es hija del magnate de la prensa Harlan Potter- y él necesita largarse de Los Ángeles cuanto antes. Le pide a Philip Marlowe, con quien ha trabado amistad recientemente, que lo ayude a llegar al aeropuerto de Tijuana. Y así el detective, fiel a sus ideales, terminará por convertirse en cómplice del crimen principal en El largo adiós (1953), la sexta novela de la serie.
Cuando Lennox se suicida en México dejando una confesión de culpabilidad, el caso queda cerrado sin escándalos ni sensacionalismo... aunque hay algo que a Marlowe no le encaja. Está convencido de la inocencia de Lennox, pero ¿podrá demostrarlo? ¿Y cuántas víctimas habrá antes de conseguirlo?
Raymond Thornton Chandler (1888-1959) es el gran maestro de la novela negra americana. Nació en Chicago, pero pasó la mayor parte de su infancia y juventud en Inglaterra, donde estudió en el Dulwich College y acabó trabajando como periodista freelance en The Westminster Gazette y The Spectator. Durante la Primera Guerra Mundial, se alistó en la Primera División Canadiense, que servía en Francia, y más adelante entró a formar parte de la Royal Air Force (RAF). En 1919 regresó a Estados Unidos y se instaló en California, donde ejerció como directivo de varias compañías petroleras independientes. Sin embargo, la Gran Depresión terminó con su carrera en dicho sector en 1933.
Chandler tenía cuarenta y cinco años cuando empezó a escribir relatos detectivescos para revistas baratas de género negro, más conocidas como pulps: Black Mask y Dime Detective. Sus novelas destacan por el realismo duro y la mirada social crítica. En El sueño eterno (1939), su primera novela, presentó en sociedad al impetuoso pero noble Philip Marlowe. Pronto la siguieron Adiós, muñeca (1940), La ventana alta (1942), La dama del lago (1943), La hermana menor (1949), El largo adiós (1953) y Playback (1958).
Mantuvo una relación estrecha y turbulenta con Hollywood, que llevó sus novelas a la gran pantalla y para cuya industria cinematográfica trabajó de guionista entre 1943 y 1950. En 1958 fue elegido presidente de la organización Mystery Writers of America. Murió en La Jolla, California, el 26 de marzo de 1959.