El jeque Bandar bin Saeed siempre había vivido muy deprisa, pero ahora se enfrentaba a un enorme obstáculo: tenía un tumor cerebral.Sólo tenía un cincuenta por ciento de posibilidades de curarse y aún le quedaban semanas para empezar el tratamiento. Así que decidió distraerse un poco haciendo un viaje a Australia, donde podría disfrutar de su mayor pasión: tener en su cama una mujer a la que hacerle perder el control… Fue entonces cuando apareció Samantha Nelson.