En caso de demora o inefectividad terapéutica, el síndrome compartimental puede degenerar en una contractura isquémica o síndrome de Volkmann, provocando secuelas con contracturas irreversibles que pueden ser tratadas mediante neurolisis, trasposiciones musculotendinosas o transferencias musculares libres. En cualquier caso, la prevención es la medida más importante de cara a los síndromes compartimental y de Volkmann.