"Estos individuos, canallas y tristes, viles soÃąadores, estÃĄn atados o ligados entre sÃ, por la desesperaciÃŗn.
Todos ellos saben perfectamente que la felicidad les estÃĄ negada; pero, como bestias encadenadas, se revuelven contra esta fatalidad: quieren ser felices, y como el bien les ha cerrado las puertas, piensan monstruosidades que los llenan de remordimientos, de mÃĄs necesidades de cometer delitos para ahogar el grito de sus conciencias malditas".
Publicada en 1929, Los siete locos, culminarÃĄ en Los Lanzallamas, editada dos aÃąos despuÊs.