El recién coronado sultán Zaid Al-Ameen estaba decidido a acabar con la corrupción en su país. Desafortunadamente para Esme Scott, eso significaba detener a su padre por estafador, y obligarla a ella a alcanzar un acuerdo con quien lo mantenía prisionero. Zaid vio en Esme una oportunidad de oro como trabajadora social. Su país necesitaba reformas sociales en las que ella era experta. Pero trabajar a su lado despertó en él un anhelo insaciable y, tras un tórrido encuentro, descubrieron que Esme estaba embarazada. La poderosa sensualidad que Zaid avivaba en Esme la dejaba sin capacidad de resistencia. Jamás hubiera imaginado que llegaría a convertirse en la esposa de un sultán... hasta que las diestras caricias de Zaid la persuadieron de ello.