Agrestes y amables a la vez, los parajes del parque nacional de Aigüestortes son fruto de la acción del agua sobre la roca, lo que ha generado un singular paisaje de circos glaciares, lagunas escalonadas y ríos serpenteantes, elementos que se complementan de forma casi perfecta para crear algunos de los rincones más bellos de la cordillera pirenaica. El agua es siempre protagonista central del paisaje de Aigüestortes, ya sea arremansada entre meandros, cayendo por cascadas o discurriendo suavemente por un arroyo, y una compañera ideal capaz de guiarnos por sus intrincados caminos y descubrirnos los secretos mejor guardados del parque nacional.