Como filosofía, promueve una mentalidad en la que los pequeños cambios incrementales crean un impacto a lo largo del tiempo. Como metodología, trabaja en la mejora de áreas específicas de la empresa, involucrando a la alta dirección y a
los colaboradores para iniciar cambios diarios, sabiendo que muchas pequeñas mejoras pueden dar grandes resultados.
Adoptar el pensamiento científico en los negocios significa estar abiertos a nuevas ideas, permitirnos experimentar y recopilar cada lección aprendida para fomentar el crecimiento.